
Los rastros de bisonte europeo son fáciles de distinguir, inconfundibles por su tamaño. Las huellas son similares a las de vaca, algo más estrechas. En las zonas frecuentadas por los bisontes las huellas están por todas partes. Esta es reciente, de esa misma mañana ya que no tine escarcha.

También son distinguibles los pisaderos, revolcaderos y rascaderos en los arboles, similares a los dejados por los cérvidos aunque de mayor tamaño. Especialmente a finales de invierno y principios de primavera se alimentan de la corteza de arboles jóvenes formando una parte importante de su alimentación invernal.

Sus heces son muy similares a las de los bóvidos domésticos, de grandes proporciones, de consistencia variable según la humedad de su dieta. Su temperatura nos da una idea de su frescura y si los animales pueden estar todavía cerca.

Y la prueba definitiva, verlos en el bosque. Pese a ser animales colosales con un peso de 750 kg, se mueven por el bosque como espectros, no hacen ruido, apenas se ven, su silueta se difumina en la espesura confundiéndose con troncos, sombras, árboles caídos, arbustos ...
1 comentario:
Me encanta el contacto con la naturaleza y viajando llegue a tu blog. Enhorabuena por tu trabajo fotográfico y espero seguir visitándolo. Un cordial saludo desde "Panorámica Cazorlense", un blog natural cien por cien.
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