En otoño las temperaturas comienzan a bajar y las heladas nocturnas no son infrecuentes.
Pero las masas de agua como lagos y embalses mantienen el calor acumulado durante los meses de verano perdiéndolo lentamente.
En las mañanas frías, tras la helada nocturna, el aire caliente y húmedo cercano al agua entra en contacto con el aire gélido del amanecer liberando su contenido en vapor de agua y formado brumas y columnas de vapor que se elevan lentamente.
El aspecto es como un lago hirviente, humeante, fantasmagórico y permite ver la formación de las nubes en directo.
Embalse La cuerda del pozo, Soria.
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