Pese a ser culebras muy ligadas al agua también habitan lugares y bosques húmedos. De color verdoso intenso, tienen un vistoso collar que delimita su cabeza y también le da nombre: culebra de collar. Pueden llegar a ser muy grandes, recuerdo haber cogido hace años un ejemplar el el valle del Tajo en Teruel de más de 1,5m.
En este caso se trataba de un ejemplar no muy grande, posiblemente un macho. Para defenderse desencajan la mandíbula para aparentar una cabeza triangular como su pariente y maestra de esta técnica la Natrix maura, también se quedan inmóviles fingiendo estar muertas. Pero su arma mas poderosa son sus persistentemente fétidas deyecciones. La turbidez del ojo de este ejemplar indica que esta cerca de cambiar la piel exterior que cubre todo su cuerpo.
Estaba en un hayedo del valle de Aspe en los Pirineos Franceses.
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