Desde niño he ido a Gallocanta, sus imágenes y el estruendo de las grullas llegando a la laguna forma parte de mi memoria íntima, profunda, que enlaza con sensaciones muy personales.
Acostumbrado a disfrutar intensamente de los pequeños y cercanos espectáculos que me ofrecía la naturaleza, como una araña, un pájaro, un nido, una rapaz en vuelo, ... el poder disfrutar de miles de grullas en la laguna venidas de las lejanas tierras del norte, volando en formación, llenando el cielo con sus sonidos, sobre volando nuestras cabezas, era un espectáculo que me hacía soñar y me conectaba con tierras lejanas, exóticas, paraísos naturales como lagos salados de África, bosques boreales, tundras árticas y me parecía increíble tener este espectáculo delante de mis ojos.
Algunos de estos lugares soñados de niño los he podido visitar y el espectáculo de las grullas me sigue fascinando, no falto ni un solo año a su cita ya que me siguen llevando lejos, evocándome paraísos naturales cercanos en el espacio pero lejanos en el tiempo. Mientras ellas sigan viniendo, iremos a recibirlas y quedaremos con ellas para el próximo año, en el mismo sitio y a la misma época.
1 comentario:
quisiera ver por favor como danzan estas hermosas aves,puesto que he leido que su danza es muy especial y delicada.algo singular.mil gracias
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