25 mar 2009

La danza eterna de las Grullas

Ya era febrero, tiempo de vueta de las grullas a sus territorios de cría en las tierras del norte, y se notaba. Estaban inquietas, esquivas, mirando al horizonte, agrupadas en grandes bandos, esperando un día soleado para comenzar su gran viaje hacia las tierras boreales. La laguna bullía de vida ocupada por varias decenas de miles de grullas, las que habían pasado aquí todo el frío invierno y las que llegaban del sur antes antes de emprender la gran travesía de los viajeros eternos del frío.



Laguna de Gallocanta, febrero de 2009.

13 mar 2009

La llamada de las grullas

Año tras año volvemos a Gallocanta, Carlos, Manu, Jorge y este año Vittorio. Al igual que las magníficas aves que vamos a fotografiar viajamos hasta la laguna y nos encontramos después de un año de viajes, fotografías, concursos, algún premio, alegrías y desilusiones, pero un denominador común: una insaciable pasión por la naturaleza.


Desde niño he ido a Gallocanta, sus imágenes y el estruendo de las grullas llegando a la laguna forma parte de mi memoria íntima, profunda, que enlaza con sensaciones muy personales.
Acostumbrado a disfrutar intensamente de los pequeños y cercanos espectáculos que me ofrecía la naturaleza, como una araña, un pájaro, un nido, una rapaz en vuelo, ... el poder disfrutar de miles de grullas en la laguna venidas de las lejanas tierras del norte, volando en formación, llenando el cielo con sus sonidos, sobre volando nuestras cabezas, era un espectáculo que me hacía soñar y me conectaba con tierras lejanas, exóticas, paraísos naturales como lagos salados de África, bosques boreales, tundras árticas y me parecía increíble tener este espectáculo delante de mis ojos.


Algunos de estos lugares soñados de niño los he podido visitar y el espectáculo de las grullas me sigue fascinando, no falto ni un solo año a su cita ya que me siguen llevando lejos, evocándome paraísos naturales cercanos en el espacio pero lejanos en el tiempo. Mientras ellas sigan viniendo, iremos a recibirlas y quedaremos con ellas para el próximo año, en el mismo sitio y a la misma época.

9 mar 2009

El paraíso de las ranas

El paraíso de las ranas es sin duda la selva, la abundancia de alimentos, plantas, lugares donde esconderse y una humedad constante lo convierte en un hogar ideal para los anfibios. Tal solo puede ser un problema la presencia de depredadores. Para defenderse de ellos los anuros de la selva han desarrollado potentes tóxicos que segregan en su piel y además lo manifiestan exhibiendo unos colores increíblemente vistosos y llamativos. Otros advenedizos simplemente imitan estos colores llamativos para despistar a los depredadores.


Un paseo nocturno por la selva además de una experiencia inolvidable es un una oportunidad de escuchar y ver a los coloridos anuros de la selva de Costa Rica en su ambiente. La rana de la foto es un juvenil que no he conseguido clasificar todavía, yo diría que es una especie no venenosa, aunque mejor no comprobarlo.


5 mar 2009

La banquisa del oso polar

Los científicos calculan que en 50 años no existirá la banquisa del ártico, el calentamiento global la hará desaparecer y con ella se habrá esfumado el ecosistema del mayor carnívoro terrestre: el oso polar.
Viendo la inmensidad de los hielos polares, su crudeza, su extensión, parece imposible que el hombre pueda ni tan siquiera arañar este inhóspito territorio. Pero en realidad es un ecosistema enormemente frágil y un ligero aumento de la temperatura del planeta puede hacer que desaparezca y con él toda la fauna que puebla este increíble lugar.


Los osos polares son animales increíblemente adaptados a las inhóspitas condiciones del ártico que les permite sobrevivir incluso durante los gélidos y oscuros meses del invierno polar.
Si los hielos desaparecen puede que se adapten, que emigren a otros territorios del norte, en tierra firme donde puedan encontrar suficiente alimento. Puede que los osos polares sobrevivan pero sin el territorio de los hielos jamas serán los mismos, ni el planeta tampoco.